“La montaña mágica”, cuyo título original es “Der Zauberberg”, es una novela escrita en alemán por el novelista germano Thomas Mann. Publicada en dos volúmenes en 1924 por la editorial S. Fischer, su proceso de escritura fue interrumpido por el estallido de la Primera Guerra Mundial. Con la traducción de 2005 de Isabel García Adánez para la editorial Edhasa, Penguin Random House presenta una nueva edición para su colección Contemporánea DeBolsillo, que fue publicada en el año 2020.
Merecedor del Premio Nobel de Literatura en 1929, Thomas Mann es uno de los escritores con mayor reconocimiento que nos ha dejado el siglo XX. Autor de novelas como “Los Buddenbrook”, “La muerte en Venecia” o “Doctor Faustus”, su obra ha bebido de la influencia de otros filósofos y escritores alemanes tales como Nietzsche, Schopenhauer o Goethe.
“La montaña mágica” es un homenaje a las vidas que la Gran Guerra dejó truncadas a su paso. Un lugar simbólico y a la vez tangible, ubicado en el espacio físico de los Alpes suizos, sustrato sobre el que Hans Castorp personifica la conciencia de los miles de jóvenes guerreros que, como de un sueño, despertaron para sucumbir en las trincheras.
La historia de Hans Castorp comienza siete años antes de aquel acontecimiento que cambió el mundo, con un viaje en tren desde Hamburgo a Davos, desde el nivel del mar hasta la alta montaña, para visitar a su primo Joachim Ziemssen, interno en un sanatorio para enfermos de tuberculosis. Lo que inicialmente iba a ser una aventura de tres semanas se prolongará en el tiempo y dará lugar a una nueva forma de vida para su protagonista.
Con profundos pensamientos acerca del tiempo y de su paso, “La montaña mágica” es más un libro de reflexión que de acción. Política, filosofía y estética, la música, la enfermedad, el amor y la muerte, son las temáticas principales que se abordan a lo largo de sus 1047 páginas, con un especial énfasis en la dignidad de las personas que se encuentran atravesando el proceso de morir y la afinidad de la sociedad por el secretismo de la muerte.
Personajes extravagantes, que hacen ostentación de una fluida dialéctica, enumerando cuestiones de gran complejidad acerca de la sociedad europea, se darán cita en esta novela que se hace difícil de comprender en determinados momentos. Las ideas humanistas de Lodovico Settembrini se encuentran con las del totalitarista Leo Naphta, en una pugna por su labor pedagógica sobre las ideas en formación de Hans Castorp.
“La montaña mágica” es un lugar metafórico, una especie de Edén; un lugar regido, no obstante, por unas reglas que escapan de la influencia del mundo de “allá abajo”; una nueva sociedad exenta de preocupaciones en la que se anula el sentido del tiempo y en la que la enfermedad y el aislamiento otorgan al individuo una serie de privilegios y una descarga de sus obligaciones.
“La montaña mágica” es un reto de lectura, no sólo por la extensión de la obra sino por la complejidad de sus pasajes. El lector se preguntará acerca del objetivo vital de su protagonista, y no será hasta el final cuando, con el corazón en un puño, descubra el verdadero significado de su historia. Una novela que es necesario conocer, al margen de los gustos literarios individuales.
“¿Qué es el tiempo? Un misterio omnipotente y sin realidad propia. Es una condición del mundo de los fenómenos, un movimiento mezclado y unido a la existencia de los cuerpos en el espacio y a su movimiento. Pero ¿acaso no habría tiempo si no hubiese movimiento? ¿Habría movimiento si no hubiese tiempo? ¡Es inútil preguntar! ¿Es el tiempo una función del espacio? ¿O es lo contrario? ¿Son ambos una misma cosa? ¡Es inútil continuar preguntando! El tiempo es activo, posee una naturaleza verbal, es “productivo”. ¿Y qué produce? Produce el cambio”.
Puntuación 3,5/5